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JAMES F. CROW

El día 4 de enero, la comunidad genética en general, y la de genética de poblaciones y evolución, en particular, ha perdido a uno de los grandes, Jim Crow, a la edad de 95 años. El trabajo de Crow ha tenido una enorme repercusión en la formación de la mayoría de los investigadores de nuestro país en evolución y genética de poblaciones. Su famoso libro con Motoo Kimura, "An Introduction to Population Genetics Theory", ha sido la "biblia" durante décadas para todos los que trabajamos en este campo. Pero lo más notable de Crow probablemente haya sido su enorme capacidad de síntesis y la claridad con la que exponía conceptos y datos, haciendo fácil lo difícil, lo que está al alcance de muy pocos. Una prueba es su librito "Basic Concepts in Population, Quantitative, and Evolutionary Genetics", que es el ejemplo obvio de cómo hay que escribir un texto introductorio a temas complicados para que se puedan entender con una mínima formación genética. Otra prueba son sus influyentes y clarificadoras contribuciones, y posteriores artículos recopilatorios, sobre asuntos como la predicción del censo efectivo de población y la consanguinidad, las propiedades de las mutaciones deletéreas, y diversas aplicaciones de la genética de poblaciones en la evolución humana, todas ellas referencias clásicas en el campo. Su obra es tan amplia y de un impacto tal que no es posible intentar resumirla aquí. Diversas reseñas abordan el tema estos días y son fácilmente accesibles, desde la página WEB de la Universidad de Wisconsin-Madison, hasta el último número de Genetics.

Jim Crow visitó España como conferenciante invitado en el Seminario de Genética de Poblaciones y Evolución de Gandía en 2002, donde pudimos comprobar diversos aspectos de su personalidad que ya conocíamos por referencias. Por una parte, a sus 86 años, nos deleitó con una charla de las que no se olvidan sobre la diferente tasa de mutación puntual en la línea gamética de hombres y mujeres, un tema actual relacionado con su trabajo reciente. Y acto seguido, tomando una copa, nos obsequió con una buena sesión de trabajo que fue el germen de una colaboración posterior con algunos de nosotros. Evidentemente, para desarrollar esta actividad no basta con una mente brillante, una buena forma física y mucha capacidad de trabajo. El motor fundamental, teniendo en cuenta su carencia absoluta de vanidad, tenía que ser el auténtico deseo de comprender que caracteriza a un científico. Además, Jim Crow era una persona modesta, afable y paciente. Su actitud generosa, en particular con respecto al trabajo y el mérito científico del prójimo, fue siempre ejemplar. Se mostraba accesible a cualquier consulta, manteniendo una correspondencia activa hasta hace solo unos meses, siempre cordial y salpicada de comentarios sobre aspectos humanos y sus experiencias musicales. Porque Jim Crow era además un hombre verdaderamente culto y un gran aficionado a la música. Tocó la viola en la Madison Symphony Orchestra entre 1949 y 1994 y continúo tocándola luego en grupos de cámara hasta mucho después, sin desdeñar incluso acompañar a los estudiantes del conservatorio.

Con la muerte de Crow, perdemos una de las mentes más brillantes en la comprensión de los mecanismos genéticos de las poblaciones y un hombre y un científico ejemplares. Es sin duda virtud suya que quienes tuvimos la oportunidad de tratarle personalmente, aunque fuese durante un tiempo breve, tengamos además la sensación de haber perdido a un amigo.

Aurora García-Dorado, Universidad Complutense de Madrid
Armando Caballero, Universidad de Vigo



estadisticas última actualización: 12/01/2012 17:56:19. por Miguel Burgos © Sociedad Española de Genética